El moderno de la moda

Por ADLB

Revolucionario y precursor, André Courrèges fue un adelantado que reinó en el mundo fashion de los 60 y 70. Disfrutá de esta pasarela de buen diseño.

Las luces se apagan, solo un murmullo sale de los enormes parlantes, el público está inmóvil y el silencio es absoluto, presagio de que algo groso está por ocurrir… Súbitamente, la música suena a todo volumen y el espacio es invadido por una troupe de modelos vestidas de blanco que parece que descienden de una nave espacial. Se mueven con ritmo, con unas “petites, tres petites robes blanches”, botas de charol a media pierna y gigantescos anteojos con marcos blancos. Algunas interactúan con el público, otras miran fijo el horizonte… Cuando termina el show, como si fuera un trueno, los aplausos inundan el salón.

Courrèges & She: dúo insuperable

Estamos en 1963 y el autor de este espectáculo es André Courrèges, el que diseñó el futuro, el que nos regaló la minifalda (aunque Mary Quant también se la adjudica, él se defendía diciendo: “Yo inventé la minifalda, Quant solo la comercializa”), el que logró convertir el pantalón en una prenda de vestir para las mujeres.

No estudió diseño (en esa época no era usual) sino ingeniería y llegó a ser piloto de avión. Este hecho lo marcó a fuego en su carrera como diseñador y fue el sello de sus creaciones, de su minimalismo y de ese toque de laboratorio y look espacial que tenían sus colecciones.

El blanco y plata, fue su pareja imbatible y con su  frase de cabecera logró montar un imperio:Deseo que con mi ropa, la mujer pueda vivir intensamente, correr y bailar, por eso me ocupo de que las polleras y los abrigos sean amplios, pero no demasiado”.

Coqueline, Courrèges y su troupe de manequines

En un suspiro su larga lista de fans incluía nombres como Jackie Kennedy, Audrey Hepburn, Françoise  Hardy, Catherine Deneuve, Romy Schneider… más todas las mujeres que deseaban ser elegantes y trendies. Seguramente muchas de sus creaciones hayan bailado en las pistas de Mau Mau.

Al igual que Dali, Picasso y tantos otros grandes artistas, él también tuvo su musa inspiradora: Coqueline. Una mujer inteligente, flaca y alta que a menudo desfiló para la maison y con la que conformaban un tándem perfecto.

“André y yo tenemos como horizonte a las mujeres felices y simples”, decía Coqueline. Y no se equivocaba. Entre los aciertos de Courrèges está ser el creador de la petite robe blanche, en contraposición con la petit robe noir de Chanel, de las botas Go-Go chatas y blancas, de los vestidos en PVC y de los anteojos enormes. Además, fue un precursor al diseñar colecciones para deportes.

Tal fue su éxito que todos comenzaron a copiarlo… Entonces dio un giro de vanguardia: “si nos van a copiar otros, mejor nos copiamos nosotros mismos”. Y se dedicó a diseñar colecciones de prêt à porter a precios accesibles.

Después de una carrera prestigiosa, en 1994, “el moderno de la moda” se retiró del mundo que lo vio brillar. Hoy su marca se prepara para festejar los primeros 60 años de la mano del joven diseñador Nicolás Di Felice.

 

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