El ícono de un ícono
Si Mau Mau es ícono de un tiempo glamoroso, ella, Claudia Sánchez, -el rostro inolvidable de las campañas de L&M- es, sin duda, también uno de ellos. Hoy sonríe al recordar aquellos años y hace planes para los próximos.

Lo que más nos gustaba era ir a bailar a Mau Mau. Es cierto que era un lugar de encuentros sociales, de relaciones públicas, “de ver y hacerse ver”… pero a nosotros lo que nos encantaba era bailar… escuchar qué era lo que estaba sonando y, sobre todo, sacar el pasito que estaba de moda. Hoy todos piensan que son Isadora Duncan, cada uno baila como se le ocurre y tal vez suena ridículo lo del pasito, pero en aquellos años era así. Si no sabías el pasito, estabas en problemas…

¿Qué música escuchaban?
Mucho Barry White, que hasta estuvo en persona… música disco. Y también música nacional. Mau Mau fue uno de las primeras boites, como se decía entonces, que pasó música nacional. De hecho, la primera canción en español que se escuchó fue Tiritando…
De un tal Charlie Tonto…
También conocido como Nono Pugliese, jaja. A Nono le encantaba componer; de hecho muchas de las bandas de nuestros “viajes” eran de él.

¿Quién era el diseñador top de la época?
Era la época de Courrèges que, con la diseñadora inglesa Mary Quant, se disputaban la invención de la minifalda. Yo la usaba entre la rodilla y la mitad de la pierna, nunca más corta… me parecía que ir más allá era de mal gusto.
¿Conociste a muchos famosos en Mau Mau?
Todo famoso que pasaba por Buenos Aires pasaba por Mau Mau: Iva Zanicchi, Ornella Vanoni, Roberto Carlos, Marisa Berenson… Después de separarse de Carolina de Mónaco estuvo Philippe Junot. También Sylvia Kristel, la protagonista de “Emmanuele”, en su momento de máxima popularidad… Estaban todos bobos con ella. Otro gran protagonista de Mau Mau era Dominguín, el torero, que en algún momento fue socio de los hermanos Lata Liste. Dominguín les abrió las puertas de España por lo que, en 1970, pudieron inaugurar Mau Mau en Marbella. Con Dominguín y su mujer, Lucía Bosé, fuimos muy cercanos. De hecho un día nos invitó a una corrida: una invitación que hubiera preferido no recibir.
¿También tenías una relación cercana con los Lata Liste?
Muy. Éramos muy amigos. Y ellos eran muy generosos con nosotros. Cuando estábamos en España, José quería que viviéramos en su casa… Nunca lo hicimos, pero pasábamos el día entero con él. Tenía una casa frente al mar donde veías los barcos más increíbles que te puedas imaginar.

Siempre te gustó la navegación…
Siempre. Y como había aprendido a navegar en el Río de la Plata, podía navegar en cualquier parte. El Caribe, con vientos cruzados y todas esas cosas, me parecía un juego de niños… Tengo recuerdos muy felices de esa época… Nono, los chicos y yo nos movíamos como un cardumen… Y nos divertíamos a nuestro modo, con los amigos de toda la vida, en un mundo bastante alejado de la publicidad.

¿Recordás tu primer trabajo en el medio?
Absolutamente. Yo trabajaba en la agencia J. Walter Thompson y estaban buscando una modelo para una campaña de Pond´s. Yo no participaba del casting, pero los americanos me vieron y quisieron conocerme. Ingenua y un poco despistada, me acerqué a verlos con papel y lápiz… pero no querían dictarme nada, querían que fuera la imagen de su marca. La maquilladora Olga Massa, una genia, me transformó en una especie de Elizabeth Taylor y a los pocos días mi cara estaba en todas las farmacias del país. ¡Increíble!

Y ahí empezó todo…
Empecé a hacer todo tipo de publicidad hasta que llegó L&M… y allí empezó otra historia… Con Nono y un director de fotografía (Juan Carlos Desanzo en un comienzo; Rogelio Chomnalez, después), empezamos a recorrer el mundo y a construir una saga publicitaria que duró un montón de años y todavía se recuerda. Filmamos en Venecia, París, Milán, Londres, el Caribe, los Alpes, Hawaii, Mónaco, Grecia, Marruecos, Los Ángeles… Y hasta impusimos deportes. Filmando en la Costa Azul apareció un alemán con una tabla y una vela, con las que practicaba un deporte raro. Nos despertó curiosidad y decidimos incluirlo en el comercial: lo que hacía el hombre (y después hice yo) era windsurf. El impacto de esa imagen fue tan fuerte que el deporte se impuso inmediatamente… y casi nadie se dio cuenta que en el mismo aviso aparecía el famoso cantante Sacha Distel, que –por pura amistad- había decidido participar…

Sos una amante de lo bueno… ¿Qué es lo bueno para vos?
Lo bueno es todo. También, lo no tan bueno. Sé que tuve una vida privilegiada, pero también sé que en algún momento me cayeron puentes arriba de la cabeza y me pasaron trenes por encima… Y no es una metáfora: en Saint Thomas, 2 huracanes me destruyeron 2 casas y unas cuantas cosas más. Pero salí adelante. Y sigo… porque siempre hay algo que vale la pena: los hijos, el humor, la naturaleza. El otro día, por ejemplo, “lo bueno” fue ir a la plaza que rodea a la Biblioteca Nacional, con un sándwich, una botellita de champagne y un ejemplar de “El Aleph” al que releí por enésima vez. Compartir con Borges una tarde de sol junto a esa mole de cemento y a los gomeros gigantes que crecen por allí es una experiencia muy recomendable… Lo bueno también es mirar hacia arriba (como siempre me aconsejaba mi papá) y deslumbrarse con la arquitectura que nuestra ciudad supo tener… Lo bueno es tener proyectos… como el del próximo “rally de las princesas” que en algún momento voy a correr… Qué sé yo… lo bueno es saber encontrar lo bueno. Y disfrutarlo.
Si querés compartir tu historia de la época, no dejes de escribirnos a hola@amantesdelobueno.com
Mujer ícono de su época. Me encantó la nota!
Nunca estuve en MAU MAU pero si viví esa etapa de mi juventud
en esos momentos
Mujer ícono de esa época.
Muy linda la nota.
Me recuerda muchos momentos!!!
¡Qué época: glamour, locura y color…! Claudia Sánchez fue una influencer cuando esa palabra ni existía.
Mujer que sembró fantasías a muchos en su momento. Por su belleza, su amor a su pareja Nono, y además uno viajaba por el mundo viendo un comercial, unos genios!
Hola Pepe, describiste perfectamente lo que era esa pareja, nos hacía viajar por el mundo. Lindos tus recuerdos. ¡Gracias por escribirnos, ya te sorprenderemos con más notas como estas!
Claudia SÁNCHEZ, marco, además de un estilo de la época, un nivel del cual muchos tomamos ejemplo de lo que era el buen vivir.
Yo la vi por primera vez en SNOB, que fue sin duda, el primer boliche o “boite” (Barranca de Ayacucho)
Donde al salir se degustaban los lomitos que Jesús preparaba en LA RAMBLA.
En fin, toda épica, junto a dios fenómenos de la época CLAUDIA Y CHUNCHUNA
BESOS MIL A AMBAS
¡Cuántos recuerdos aportaste! La Rambla cerró en la cuarentena pero reabrió hace pocos días y se pueden saborear los mismos lomitos. ¿Se te ocurre entrevistar a alguien más?
A Chunchuna!!!
Claudia y el Nono LO MÁXIMO, admiración total, todo el glamour y la mejor muestra del buen vivir, dos genios!