Aquella vieja magia plateada
Presente y pasado de la gran pantalla, una de las maravillas del espectáculo.

Mi infancia y adolescencia estuvieron marcadas por el formato de una butaca de cine. Los péplum me fantasearon la historia del Imperio Romano, mientras la nouvelle vague era ignorada por mis ojos fascinados con Lawrence estrenando sus ropas árabes.
La ciencia ficción clase B me hizo creer en los ovnis hasta que Stanley Kubrick me sugirió que podía haber algo más, mucho más significativo en el Universo (aunque en ese momento no haya entendido qué quiso decir…).
Primero Ringo Wood y luego Clint Eastwood, con la ineludible banda sonora de Ennio Morricone, me encantaron con sus westerns desvergonzadamente audaces.
Después de esos abordajes salvajes a todo cuanto se proyectaba en una pantalla grande, vinieron mis primeras incursiones a los cineclubes, el descubrimiento de muchos clásicos y, ahora sí, un acercamiento más selectivo, aunque sin perder el candor de dejarme enamorar por una película bien hecha.
Hoy, cuando las majors discuten si es preferible estrenar en una sala oscura o en una plataforma, cuando se nos retacea la posibilidad de compartir las risas y las lágrimas con cien desconocidos, el goce de la experiencia cinematográfica está en discusión.
Entonces, propongámonos abrir un espacio de charla, de recuerdos, de reflexiones, redescubrimientos, amores u odios de celuloide.
Conversemos y compartamos películas, directores, géneros, con la alegría de recuperar la magia indestructible de esa experiencia que nos mostró la vida en CinemaScope y Technicolor…
Julio Neveleff es periodista especializado en temas culturales en medios de comunicación radiales y televisivos. Desde 2020 es Director General en la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de General Pueyrredón.
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