Cambio de vida

Por ADLB

Malena Valcárcel, profesora y ávida lectora, un día pateó el tablero y se convirtió en artista. Sus obras en miniatura son muy solicitadas en el mundo entero.

“Todo comenzó hace unos siete u ocho años, cuando la crisis llegó a España. Empezaron a proliferar las tiendas de segunda mano y en ellas se podía ver y adquirir libros, miles y miles de libros por todos lados, ¡incluso en el suelo!, llenos de moho, polvo y desintegrándose. Siendo una ávida lectora y amante de los libros, pensé que sería una pena dejar que tantos libros se perdieran y así empezó mi arte…”

Malena Valcárcel ahora vive en Alicante rodeada de la naturaleza y el mar. “Vivo en una casita en el campo dónde se respira mucha paz. Tengo tres perros, el último es un cachorro de tres meses que acabo de adoptar y es, en estos momentos, el punto de atención y la alegría de la casa”.

No siempre fue así, era profesora de inglés, vivía en la ciudad, tomaba autobuses y respiraba aire viciado. Poco a poco se fue introduciendo en el maravilloso mundo de los sueños al que finalmente dio el salto.

“Un cambio de vida drástico y muy meditado. La gente de mi entorno me decía que estaba loca, que como iba a dejar un trabajo fijo e irme al campo a vivir de mi Arte. Pero es una de las mejores cosas que he hecho en mi vida, seguir mi intuición y mis instintos. Mis obras relatan mundos oníricos, sueños y belleza. El proceso de creación es lento y muy detallado. Comienzo eligiendo el libro, siempre de tapas duras, ya que éstas sirven de soporte y sustento a los elementos que poco a poco voy añadiendo a la superficie. Es importante elegir el libro adecuado para cada obra, el tamaño, el color de las páginas, el tamaño de fuente, etc… todo es estudiado para que la obra final quede perfecta”.

Casi todas sus creaciones son esculturas en miniatura. La más alta y original que ha creado ha sido un árbol con una casa que midió sólo 30 cm. Y la más insólita fue un árbol con Adán, Eva y la serpiente, y del árbol colgaba la manzana.

“A veces me da la sensación de que el mundo se ha vuelto loco. Por eso me refugio en mi mundo y en mi creatividad. Crear sana la mente”.