Las Pozas de Xilitla
Nacido como el sueño de un excéntrico artista inglés, este jardín mágico, en plena selva mexicana, despierta infinitas fantasías…

“Estar en las Las Pozas es estar en un laberinto, las construcciones se pierden en medio del paisaje, la respiración se entrecorta debido a la humedad. Se respira vida y se escucha a la naturaleza: vegetación, insectos, pájaros y el caer del agua. Las escaleras no conducen a ningún lado, las obras no tienen techo, las edificaciones se encuentran plagadas de simbolismos que encierran la dicotomía entre el bien y el mal. El jardín de Edward James es un viaje al subconsciente, un lugar increíble que no se puede dejar de visitar”… La descripción, del aventurero e instagramer mexicano Pepe Hdz, parece sacada de una novela de ficción… pero el lugar existe y vale la pena descubrirlo.
Edward James era un extravagante artista inglés, muy acaudalado, mecenas y poseedor de un puñado de amigos notables: Salvador Dalí, Pablo Picasso, Luis Buñuel, Ígor Stravinsky y Leonora Carrington, entre otros.
A mediados del siglo pasado se enamoró perdidamente de esas tierras mexicanas en San Luís Potosí y decidió convertirlas en una gran plantación de orquídeas. En 1962 una helada destruyó totalmente su inmenso vivero.
Desolado y triste se lanzó a construir en ese predio este increíble jardín surrealista, movimiento que él apoyaba e integraba.

No tenía un proyecto fijo, lo iba diseñando según sus fantasías e ilusiones. Dicen que sus mañanas creativas eran resultado de sus sueños, alucinaciones, fantasías y caprichos.
Dibujaba en servilletas de papel que luego Plutarco Gastélum, el hacedor, lo traducía a un idioma más práctico y fácil de llevar a cabo.
Con un pequeño ejército de artesanos de la zona dieron vida a este lugar indescriptible: 20 hectáreas donde las aguas cristalinas y la exuberante vegetación se entrelazan, conviven y se funden con las construcciones surrealistas.
Xilitla es un poema visual, un espacio de fantasía pura, un paraíso surrealista en medio de la selva.

Algunas estructuras han terminado inscrustadas en las plantas formando parejas indivisibles. Cada una es una obra de arte por sí misma: El Puente de la Flor de Lis, El Cine, La Vereda de las Serpientes, La escalera al cielo o La estructura de tres pisos que podrían ser cinco, todas representan al surrealismo.
Quizá la más emblemática sea la de El Palacio de bambú, de tres niveles sin paredes, con una base de cemento en forma de trébol y sostenida por capiteles con diseño de flor de campanilla.

Alguna vez James comentó: “Se trata simplemente de ver algo bonito, para que en 20 mil años, cuando vengan los arqueólogos no tengan ni la más remota idea de qué cultura existió aquí. Simplemente quise hacer realidad mis sueños”.
Fotos: Michael Schuyt, Jack Seligson y Andrea Di Castro.
Tanta belleza me conmovio hasta las lagrimas!!!!!!!!! ,estuve en Mexico pero desconoci que ese paraiso existia!!!!! … de haber tenido conocimiento de su existencia no hubiera vuelto sin disfrutarlooo!!!!!!
Muy bonito,y misterioso el paisaje,la naturaleza de la mano del Artista ,tan creativo,todo bello! Silvia
Realmente me dejaron con el alma llena de belleza, con el deseo de poder conocer este lugar algún día
Hermoso relato y con muy buenos fotos que lo acompañaron