Una aventura en Berlín
Soy un fotógrafo argentino radicado en Alemania que, con la quinta década bien gastada, volví a la universidad para descubrir el maravilloso mundo de la restauración.

2009. Cincuenta y cinco años y el fuerte deseo de un cambio de vida. Como me sucede muchas veces, las opciones de mi elección estaban a 180° una de otra: Villa La Angostura o Berlín: unirme a la naturaleza casi como un Robinson Crusoe patagónico o entregarme a la creatividad en un escenario desconocido y atractivo, uno de los centros mundiales del quehacer cultural. “Fotógrafo de origen alemán elige Berlín y zarpa con familia a cuestas” podría haber sido el título de la noticia.
Hablando alemán, entusiasmado con volver a enseñar fotografía como lo había hecho en universidades y talleres en Buenos Aires durante años y dispuesto a realizar copias Fine Art para otros fotógrafos como medio de vida me parecía perfecto.
No me hizo falta demasiado tiempo para descubrir los códigos berlineses y entender que no podía realizar ni una ni otra actividad así nomás: la docencia está mal vista para autodidactas sin una extensa formación académica, y la digitalización del copiado de obras ya estaba en pleno apogeo aunque los coleccionistas sigan poniendo cada vez más valor a las obras realizadas artesanalmente, a mano.
Patear las calles y ver galerías y museos mientras se piensan mil alternativas para encontrarle la vuelta al futuro no era el mejor programa, pero apelando a la práctica de “Master en rebusques” que tenemos los argentinos, no me deprimí.

En una de esas caminatas descubrí que muy cerca de casa existía la única carrera de Conservación y restauración en medios audiovisuales en toda Alemania. Me presenté de cabeza, sin hacer el año de pre-prácticas de rigor y cursé siete semestres con compañeros de veinte años. Fui el “nonno experimentado” de los estudiantes y la responsable del laboratorio llegó a presentarme a un nuevo jefe de cátedra: “Ese allí atrás es el alumno más viejo que tenemos aquí”, como si se tratara de una reliquia de museo.
Química, estudios analíticos de pigmentos y colorantes en alemán, cosas que jamás me hubiera imaginado volver a hacer. Estudié como loco. Recorrí un camino nuevo, en un lugar increíble. El entusiasmo y la curiosidad por el futuro próximo no me bajaron por un minuto.
Título de Fotorestaurador en mano y treinta años de fine art printer me dieron la posibilidad de empezar a dirigir el Centro de Fotorestauración e Investigación Fotográfica en Berlín-Mitte. Por la influencia de la tecnología digital, los archivos de imágenes analógicas amenazan con deteriorarse. Mi objetivo es conservarlos como parte de la memoria cultural.
En 2015 retomé una actividad que me resulta muy gratificante: la docencia en varias universidades. Una buenísima experiencia fue el llamado de la Deutsche Kinemathek para restaurar algunas de las copias que formarían parte de una gran muestra organizada por la Cinematéque Française, la Caixa Madrid y Caixa Barcelona sobre un film mudo de culto: Nosferatu: Una sinfonía del horror (Murnau, 1922). Restauración y cine de culto. ¡Qué más pedir!

Los espejados en los bordes de los negativos y los papeles de gelatina-plata van formando una capa brillante en las zonas oscuras y provocan una fuerte alteración estética de la fotografía, especialmente en las sombras y partes más oscuras. Todo sonaba a desastre, pero usando enzimas naturales pude remover los granos de plata metálica que imposibilitaban ver los detalles en las bajas luces del original y devolverle la frescura perdida.
El vampiro volvió a salir de la oscuridad para seguir sembrando su horror por Francia y en España y yo, sigo dedicándole horas a mi proyecto fotográfico personal sobre la Patagonia.
Lleno de proyectos y feliz de haber vuelto a empezar a los cincuenta y cinco. Nunca es demasiado tarde.
Edición de texto: Luz Martí. Video: Gentileza Horacio Fontan. Más info: www.
Excelente historia de superacion. Abrazo Lutz
Hola, el trabajo de restauración es de por sí fascinante; conocimos en Berlín tu pequeño estudio y allí tu trabajo y algo de tu trabajo entre la Patagonia y Berlín . Como te dije en esa ocasión ,y reitero , ojalá un día pases por Soller a visitarnos . Maravilloso y fascinante encuentro 💚❤️
Qué bueno Héctor que te gustó la nota. Una historia de vida fascinante!
Que bueno y hermoso trabajo!
Del Pesta a Berlín!!
Y si no me equivoco debe haber alguna foto escolar de uno de los hijos sacada x vos
Lutz, una vez hace muchos años, nos pusimos a charlar casualmente en un tren que iba de Retiro a Tigre y antes de despedirnos me diste una Visitenkarte. Corrió mucha agua bajo el puente desde entonces viví 13 años en Alemania (sin visitar Argentina en todo ese tiempo) y ahora estoy de momento nuevamente en el sur… Me toca mucho tu historia germano-argentina. También decidí irme a una edad atípica. No olvidé tu nombre ni tu persona, como ves. Te deseo lo mejor en todo! Liebe Grüße!! Juan
Hola Juan, hace bocha que no entro aquí, y me alegra muchísimo que compartamos estas experiencias
Loco eso de encontrarse tras tantos años , esta vez no el tren. Me imagino que habrá sido en el furgón de las bicis, medio que uso bastante por aqui.
El año pasado di una ponencia para N.Y. https://www.youtube.com/watch?v=1KLyKjzo938&t=921s
Te cuento que me admitieron en la selecta asociación de fotógrafos alemanes, la Deutsche Gesellschaft für Fotografie.
de ahora en adelante podré usar el DGPh tras mi firma, es como una marca en el orillo.
Qué hiciste todos esos 13 años por estas tierras?
abrazo desde Berlin
Te felicito Lutz , muy buena nota, me alegra saber de vos y que te vaya muy bien en Alemania ; Abrazo desde Buenos Aires !!!
Eduardo Saperas
@eduardosaperas
MUY interesante! Gracias por compartir tu experiencia.