Lo hice sin querer

Por Marité Mabragaña

Esta creación me convirtió, sin querer, en una celebrity internacional… Lejos de los flashes y la fama, te cuento cómo fue el proceso de invención del postre más querido de los argentinos y uno de los más famosos del mundo.

“El postre más rico del mundo es argentino”, leí una mañana. Pensé… “¿qué chef lo habrá creado, cuántas estrellas Michelin tendrá?” Era lo lógico. Sigo leyendo… y era la Chocotorta… MI CHOCOTORTA!… ¡La que yo inventé en la agencia hace mil años!… ¿En serio?… Acá hay un error. Se volvieron todos locos. Pero no”.

A punto de cumplirse 40 años desde su creación, la Chocotorta argentina fue elegida el mejor postre del mundo, según una votación realizada a través del sitio internacional Taste Atlas. Superó a clásicos de la cocina mundial como el helado de pistacho italiano, el apfelkuchen alemán, los waffles belgas y el zserbó húngaro. Participaron de la votación 63.402 críticos de restaurantes de todo el mundo.

Agencia Ricardo De Luca

“No entendí nada. No soy ni cocinera, ni pastelera y mucho menos chef. Cocino en casa y listo. Pero claro, soy mujer. Y todavía creativa publicitaria. Siempre pensando en que los clientes vendan más.

En más de 40 años de publicidad tuve a mi cargo máquinas de afeitar, autos, tractores, maquinaria vial, seguros, financieras… y lo que viniera. Por ser mujer aprendí de todo, no dije “no” a ningún producto y eso siempre me apasionó.

Cuando inventé la Chocotorta nadie me había pedido que pensara nada. Se me ocurrió, la hice y gustó. Fue así: en la agencia manejaba Chocolinas, Mendicrim y un dulce de leche nuevo. Tenía dos hijos chicos y en casa se me ocurrió mezclar Mendicrim con dulce de leche, “lo más rico del mundo” como digo siempre, y humedecer las Chocolinas. Todo a la heladera… y resultó una torta riquísima! Repito. Lo hice sin querer.

Pensé que era una buena idea para que los clientes vendieran más. Ése era mi oficio y mi misión. ¿Cómo iba a imaginar lo que pasó?

La llamé Chocotorta, hice una para cada cliente y a todos les encantó. Hicimos un comercial con un grupo de chicos haciendo la torta mientras cantaban la receta… y así llegamos a hoy.

Ahora me pregunto… ¿qué hubiera pasado si un equipo creativo de hombres hubiera tenido las tres marcas? Imagino que de todo, menos una torta… Con el paso del tiempo la seguí viendo en cumpleaños de chicos y grandes. La llevaban a las oficinas para soplar las velitas… y eso era todo.

Hasta que hace unos cuantos años me llamó una periodista de una revista gourmet muy sofisticada, vino a casa y me puso al día.

La Chocotorta ya se servía como postre en los restaurantes de moda. Era un sabor en la heladería más famosa… Fue la torta de bodas exigida por la mediática de turno. Y me mostró que los grupos en Facebook reunían más seguidores que los habitantes de varias provincias. Pufff… y yo que lo hice sin querer.

Es magia. Pura magia. Es eso que a veces decimos los publicitarios… esa idea estaba delante de las narices de todos y sólo uno la descubrió. Por suerte fui yo.

Con esto de la torta más rica del mundo me llovieron entrevistas. La cuarentena me salvó de ir canal por canal… pero a través de mi celular me vieron todos. Las radios del interior me perseguían y se superponían las entrevistas. Y se repitió la pregunta de siempre… “¿ganaste mucha plata con esa idea?” NOOOOOO… y les costaba creerme. Para mí, fue un trabajo más, más exitoso que otros, pero un trabajo…

“La idea publicitaria que perduró en el tiempo”, dice la plaqueta que me entregó la Asociación Argentina de Agencias de Publicidad. Lo expliqué mil veces y acá va otra: cuando uno trabaja en una agencia de publicidad lo que produce son ideas y te pagan por crearlas. Todo dentro del mismo sueldo, claro. Ni el creativo ni la agencia registran las ideas, lo hacen los clientes.

¿Que les hice ganar millones a las empresas?… Por supuesto, pero para eso son empresas. ¡Yo nunca gané ni un paquete de Chocolinas ni una “beca” por un año de Mendicrim!

No soy cocinera, se me ocurrió una idea. Salió al mundo y creció sola, sin pedirme permiso. Y yo…aquí estoy. La misma de siempre… porque lo hice sin querer”.

Marité Mabragaña es una creativa publicitaria free lance. Sus creaciones ganaron premios nacionales e internacionales… aunque su “obra maestra”, la chocotorta, sigue siendo su criatura favorita. Tiene, en Facebook, casi 150.000 fanáticos.

Foto: Unsplash.

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