Héctor & Betti (20)

Por Roger Elías Marolo

El culebrón que ni Alberto Migré pudo imaginar llega a su fin. ¿Betti y Héctor formarán pareja al fin…?

(Diálogo telefónico)

N: -Hola Betti, ¿Cómo andas?

B: -Hola Normis, ¿qué tal tanto tiempo? Muy bien, tomando un poco de sol en el balcón.

N: -Yo harta de este encierro, ¿estás para tomarte un cafecito en la plaza?

B: -¿Se puede?

N: -Mirá, la verdad no sé porque cada día se pueden y no se pueden cosas distintas…Nos vamos al barcito de la esquina, nos pedimos el café para llevar y nos sentamos en un banco de la plaza,  ¿quién nos va a decir algo?

B: -¿A las 10 te parece?

N: -Bárbaro. Nos vemos allí… de incógnito jajajaj

Llegan al bar y cada una por su lado pide su café. Cruzan a la plaza con sus cafés humeantes.

N: -¿Vos sos casera, Betti? Porque lo que es yo, no, yo soy de salir todo el tiempo…hago mil cosas: clases de pilates, la EAV, respiración consciente, el Tarot.  Las cosas de la casa no son lo mío… ¡esto de estar todo el día con la lavandina me está  matando!

B: -No me digas que vos tirás las cartas…

N: -Ahora no tanto, elijo más mis clientes.… En una época se vivía muy bien de eso.

B: -¡Ay Norma! Me las tenés que tirar…aparte de esta época de mierda yo me siento en una encrucijada…quisiera saber algo de mi futuro. La próxima trae el mazo.

N: -Acá no puedo, tesoro. Tiene que ser en un lugar tranquilo, con el mantel adecuado, mis velas y mis cristales. ¿Te querés venir el martes a casa?

El martes Betti va a lo de Norma, queda cerca pero llega agitada. Lleva de regalo un budín integral hecho por ella que pesa como un ladrillo y una maceta con una plantita de ruda.

N: -¡Qué detalle, Betti! Sos divina! Pasá, pasá, tengo un tecito de toronjil y peperina que me trajeron de Córdoba que es ideal para este momento. Lo tomamos con el budincito y nos preparamos para la lectura, TU lectura.

Toman el té y Norma come dos porciones de budín. Unas migas se le pegan a las comisuras, mezcladas con el rojo del rouge. El ambiente huele fuerte a sahumerios, las cortinas violeta son brillantes y los muebles están cubiertos de adornos y de fotos de ella con figuras del espectáculo.

B: – ¡Ay, no había visto las fotos, me muero! ¿Vos conocés a toda esta gente de la tele? Leonor Benedetto, Moria, Sandro! …y acá mi adorado Cacho Castaña…tan seductor! (“Café la humedad, billar y telón, sábado con trampa lleno de pasión, .. canta Betti)

N: -Me parece que estás floja de letra. ¡Qué no te oiga Cacho, paz descanse! (Norma tira un besito al cielorraso) Todos ellos son clientes míos de toda la vida…y hay otros de los que no puedo poner la foto.

B: -¿Vienen acá?

N: -Vienen ellos, voy yo…depende. Y saben que pueden llamarme a cualquier hora del día o de la noche.

B:-¡Vos sos una caja de sorpresas! ¡Una tras otra.!

Norma le indica la mesa, se sientan, prende una vela, acaricia unos cristales de cuarzo y mezcla la baraja. Betti corta y ella dispone las cartas sobre el mantel. Cierra los ojos y se concentra. 

B: -Estoy nerviosa…qué tonta ¿no?

N: -No hay motivo… ¿es tu primera vez?

B: -No, pero hace años que no lo hago. Con las chicas de la curtiembre teníamos una que vivía cerca de la oficina que nos tiraba las cartas. Ibamos bastante hasta que comentando entre nosotras nos dimos cuenta que nos decía a todas lo mismo.

N: -Muy poco profesional. Antes de empezar tengo que hacerte unas preguntas: Si veo algo malo, ¿te lo digo o no?

B: -No, por favor, no estoy para malas noticias.

N: -Después, ¿sos hija única?

B: -No.

N: -¿Sabés dónde tenés la luna?

B: -Sí, en escorpio.

N: -Ay Betti, es una luna muy difícil.

B: -Callate que ya me lo dijeron.

N: -Vamos.

Norma tira las cartas, las observa con detenimiento, las acomoda y hace un silencio prolongado. Betti mira las cartas y la cara de Norma.

B: -¿Qué pasa? Qué viste Normis?

N: -Mira… Acá veo muchos cambios…para empezar una mudanza… No muy lejos  Parece algo muy cerca, como en el mismo barrio.

B: -Nooo…¿adónde voy a ir?

N: -Veo dinero también. Algo que te va a llegar de afuera …¿tenés familia lejos? Porque acá veo una mujer joven en la costa que no te quiere mucho.

B: -Mi nuera, medio yegua. Contame lo de la plata y después te pregunto lo que más me interesa.

N: -Betti, no te entusiasmes porque la plata llega y se va.

B: -Se irá a Mar del Plata, como siempre, que le tengo que mandar a mi hijo menor. ¿Y de amor no sale nada?

N: -Acá no veo nada…por ahora. El caballo de bastos, que vendría a ser el hombre, la pareja ¿ves? está muy lejos.

B: -Mirá bien ¿no me sale nada?

N: -Yo diría que hasta dentro de un año o dos no aparece nada…

B: -¿Después sí? Porque a esta edad, dos años es una vida.

N: -No, para ver más allá hay que tirar de nuevo.

B: -Y dale, ¿podes?

N: -Ahí voy. Sigo con el tema de la pareja, ¿no?

B: -Sí, por favor.

N: -Mirá, acá apareció un hombre…pero no está solo. Pero dejame ver, no es alguien nuevo. Está en tu vida desde hace tiempo. ¿Puede ser?

B: -No me digas Norma. Ya sé quien es. Armando. Pero eso ya se terminó.

N: -No se terminó nada, Betti. Acá está de nuevo, ¿lo ves? Tiene plata ¿no?

B: -Bueno, sí… me llama cada tanto. Quiere que nos sigamos viendo. Pero es muy mentiroso, sigue casado. Guita no le falta.  Era el gerente de la curtiembre.

N: -Y no se va a separar nunca. Acá está la mujer, pegadita a él. Ella tampoco es trigo limpio.

B: -Decime algo nuevo, algo que me ilusione.

Suena un mensaje en el teléfono de Betti y ella lo mira.

B: -Disculpá , me dejé el teléfono prendido. ¿Me decías que pareja no hay? A lo mejor no me hace falta esperar dos años. (dice Betti sonriendo) Mirá el mensaje que me acaba de entrar. Es de Héctor, ¿Te lo leo? “si tengo caviar al lado para qué quiero mortadela”… ¡Yo creo que se me está declarando!

N: -¡No me digas que estás entusiasmada con Héctor! Hubiéramos empezado por ahí. ¡Dejate de joder, Betti! Ya lo vi el otro día, vos estás para jugar en otras ligas.

B: -Bueno… no será Laport, pero es lo que hay. Y decime ¿a quién tiene “al lado”? Tengo que ser yo, me parece. Además, acordate que me dijiste que me mudo cerca…

N: -No te apresures, no te dejes llevar por ese escorpio que tenés ahí. …no le contestes…si es para vos va a volver a la carga.

B: – ¿Y si se arrepiente y no me dice más nada? ¡Preguntale a las cartas!

N: -Pará, leéme el mensaje de vuelta.

B: – ¡Ay!

N: -¿Qué dice?

B: -Este mensaje ha sido eliminado.

CONTINUARÁ