Mi Buenos Aires querido
Horacio Coppola y Facundo de Zuviría unen sus miradas para retratar Buenos Aires. Son dos enamorados de la ciudad. El primero la fotografió en los años 30, el segundo en la década del 80 y 90 del siglo pasado. El resultado es un libro soberbio con fotografías bellísimas, un paseo imperdible por la metrópolis porteña de la mano de estos dos grandes de la fotografía argentina.

Si hay algo que define a Horacio Coppola es su modernidad… sus encuadres subjetivos donde la luz es protagonista son únicos. “Fue muy importante lo que Coppola escribió y pensó sobre la fotografía, y las ideas y conclusiones que publicó en algunos libros y en distintos medios que circulaban en la época”, apunta de Zuviría sobre el gran maestro argentino que vivió hasta los 105 años.

Uno de los primeros trabajos de Coppola fue ilustrar la primera edición del libro Evaristo Carriego de Jorge Luis Borges. Soñaba convertirse en cineasta y para eso partió a Europa. Allí conoció a la ya famosa fotógrafa Grete Stern, luego su esposa, quien le presentó al director de fotografía de la Bauhaus, un hecho que cambió su vida para siempre.

Estudió en esa escuela y la fama no tardó en llegar. Las tomas de Buenos Aires de los años 1931 a 1936 son extraordinarias. Coppola tiene un libro, Buenos Aires Visión Fotográfica, que fue publicado en el marco de la celebración por los cuatro siglos de la primera fundación de Buenos Aires. Retrató el gran cambio de aldea a metrópolis. Aunque en su momento pasó sin pena ni gloria, hoy se lo considera una de las obras maestras de la fotografía del siglo XX.


Facundo de Zuviría (1954), un abogado que cambió expedientes por rollos fotográficos y leyes por flashes y cámaras de fotos, se declara un enamorado de Buenos Aires, es su musa… También él ha dedicado muchos años a retratar el patrimonio de la ciudad. “Mi estilo es documental urbano, que no necesariamente significa que las tomas sean urbanas… es un estilo definido así por Walker Evans, un fotógrafo de la década del 30 de Estados Unidos y con quien me siento muy identificado porque me gusta mucho su fotografía”.
“Mi amistad con Coppola era un tanto despareja, él me llevaba 50 años. Cuando lo conocí, en el año 1988, él ya era un prócer de la fotografía, pero dentro de esa diferencia de edad, nos frecuentábamos bastante, y yo iba a visitarlo a su casa. Fue una gran influencia para mí. Coppola ha sido un referente y sin duda un grande de la fotografía”.

“En una de esas visitas le propuse hacer un libro con las dos miradas sobre Buenos Aires: la suya de los años 30 y la mía de los 80 y 90. Yo fui los ojos de Coppola para la selección de sus fotos, un gran desafío y una responsabilidad; las mías las eligió Paula Serrat, Coppola no intervino. Las dos miradas muy personalizadas del libro Buenos Aires Coppola + Zuviría, de Ediciones Larivière, funcionan como un ayer y un hoy. La obra fue muy exitosa desde el comienzo y hoy es un clásico”.


Posar la mirada sobre estas fotos es una manera de repasar la historia de Buenos Aires. Un diálogo imperdible entre dos grandes.

Fotos: Gentileza Buenos Aires Coppola + Zuviría, de Ediciones Larivière.
Excelente artículo. Tuve el placer de ver muestra organizada por la embajada en Cartagena.