Blend de pasiones

Por Mariela Ivanier

Vivo con 300 obras en 90 metros cuadrados: Acaricio y respiro arte las 24 horas y siento una sensación de calma y plenitud inigualable.

 

Mariela Ivanier teje continuamente pero no usa lana ni hilo, ella teje sus dos pasiones: la comunicación y el arte. ¿Van siempre de la mano? Para ella sí, las 24 horas del día.

Desde hace más de 20 años es directora de Verbo Comunicación, una de las mejores agencias boutique del país… pero además, es coleccionista de arte contemporáneo emergente, con piezas de Jackie Parisier, Carolina Antoniadis, Oscar Pintor, Marcela Mouján, Martin Covinsky, Luisa Giménez y María Ángeles Blanco, entre otros.

Vivir con obras genera una pequeña adicción. Si tuviera que elegir una para irme a una isla lejana sin duda me llevaría la de Liliana Porter. Me identifico con esa obra porque siento que soy yo tejiendo relaciones y vínculos, ideas y proyectos.

El arte es comunicación y la comunicación es arte. Yo aliento a mis clientes para que se involucren, apoyen y lo usen como herramienta para comunicar, porque es un camino maravilloso. El arte bien contado, bien exhibido y con buen acceso es lo más democrático del mundo. Es una manera de llegar a la gente y de divulgar temas complejos de manera sencilla. El público debe darse cuenta que no tiene que entender algo, sino sentir algo.

Coleccionar da hambre, es una sensación preciosa y de mucha adrenalina. Uno no puede parar de mirar, de curiosear, de investigar y no es por codicia, ni por especulación: es puro disfrute. El arte tiene un lugar de mucho sosiego en mi vida y tengo especial apego por las pinturas, ¡me hacen volar! Admirar una obra me da una tranquilidad muy grande y me puede llegar a durar varios días.

Paseando por los stands de ArteBA me ha pasado que, con cierta timidez y vergüenza, he llorado frente a alguna obra. Liliana Porter, por ejemplo, es una artista que me conmueve hasta las lágrimas, pero también me hacen llorar las piezas que tengo en casa porque al mirarlas siempre las veo diferentes… seguramente influye el ánimo, la luz o el ángulo. Mi conexión con ellas es muy, muy profunda.

No tengo un circuito definido, me gusta ir a las preinauguraciones cuando está el artista que cuenta el recorrido emocional y artístico que ha transitado para llegar a ese gran trabajo. Si estoy de viaje trato de salirme del circuito tradicional, prefiero las galerías para poder interactuar con los artistas.

Aunque yo no me defino como una coleccionista pura y dura, conocer la historia de los pintores y su camino me acerca mucho más a ellos.